No dormirán más
sobre sus caballos quietos.
No señalarán al cielo
con la llama en el dedo.
No se quemarán
los pájaros del paraíso.
El escorpión no avisa
del veneno de los días.
Los fogosos no piensan
en la venida del incendio.
Los cangrejos no anuncian
los vaivenes de las mareas.
Tú que rompes las olas
y calmas las tormentas
traes el silencio del diluvio.