sábado, 30 de abril de 2016

Cuando escribo, con frecuencia, aparece la segunda persona, el tercer hombre, la idea de sombra

Te visualizo entre los ojos
como un hueso de aguacate,
aprieto los planetas
que se me plantaron,
frunzo el ceño,
trenzo la leña.

Y ahí estás tú,
recto como un tronco de palmera,
con una vara en la mano
y en la otra desnudo.

Me parpadeo,
me mareo en tu imagen codificada
como un beso secreto en la mejilla
antes de irse por la mañana.

Me cuelgo del árbol que me salió
del entrecejo fruncido de trenzas
y me dejo esperar por el futuro.

Te me presentas cada noche
con los porcentajes de la luna
que me hizo doblar el poblado.

Me cruzo con todas las segundas
personas en los mismos puentes.

Todos tienen la misma sombra
que me colma de colmo la calma
que me cubre de cobre la cobra.

viernes, 15 de abril de 2016

Observo el mapa con la tranquilidad de conocer la ciudad y todos sus callejones

[Poema no lineal: no hay ningún orden entre las cuatro estrofas, puedes leerlas a tu libre voluntad]

Llegados a este punto
una manada de tigres podría
despedazar carne entre
los columpios de mis costillas.

Podría crecer como las estrellas
de mar o la hidra del lago:
con la higiene del bisturí
separando las malas hierbas.

Llegados a este punto
podría profetizar el reino
de la tierra en los cielos
contaminados de queroseno.

Podría cortar los hilos
que cosen la piel al tórax,
la emergencia de la imagen
de la ninfa voladora.


jueves, 14 de abril de 2016

La cuestión no es si podrías acostumbrarte a esto, la cuestión es si quieres hacerlo

I. Previsión de daños posibles

Te lo pueden indicar las señales
de las carreteras.

Te lo puede anunciar la virgen
por televisión.

Te pueden llegar flashes de la luz
que nos iluminó.

Puedes nadar en un mar de símbolos
y morir ahogado.

Puedes soñar con los jardines 
que no recorriste.

Puedes colgarte en la cruz
de los caminos

y esperar.
Y repensar el pensamiento

que atraviesa la carne
como una bala:

podrás ver los estragos
del fuego cruzado.


II. Previsión meteorológica

Recibe la crecida. 

No pongas presa
a las inundaciones.

Las vías del poder
son más estrechas 
que las del querer.

martes, 12 de abril de 2016

Mirar fijamente al sol produce lágrimas, daños permanentes e incluso ceguera

[Poema no lineal: no hay ningún orden entre las cuatro estrofas, puedes leerlas a tu libre voluntad]

Te asomas por la puerta blanca.
Tu mano es una garra de águila.
Arañas sin prisas la capa
de pintura dejando un triple surco.

Aprendiste demasiado pronto
a embarazar el silencio con gemido
de tenebrosas aves, de cuervos
cegados por el sol.

Te asomas por la puerta blanca.
Un halo te rodea, halcón alado.
Ostentas el disco solar
que deja estelas en la retina.

Aprendiste demasiado pronto
a ser de la negra noche
las nocturnas aves, del búho
la videncia ciega.


sábado, 9 de abril de 2016

La paciencia del sismógrafo

escala de richter
Te despides con un abrazo sísmico. Búscame mañana 
entre los escombros.
(Isabel Bono, Hielo seco)
I. EL PRIMER TEMBLOR

Donde hubo una naturaleza incontrolable,
done hubo una selva de insectos y carcoma,
donde hubo árboles que sobrevivieron al roce,
donde hubo vacas sagradas sangrantes,

donde comenzó el primer estigma,
y se abrió un agujero negro en los cielos.
Allí, donde crecieron la hiedras a las que
llamamos los muros de nuestra casa.

Donde nacieron los hijos que no tuvimos,
y murieron los padres que no nos tuvieron.
Allí, donde criamos a los animales que
llamamos nuestros herederos. 


II. EL SEGUNDO ENTORNO

El paisaje doble se refleja
en cristales que se van a romper
en sombras que proyectan
bombillas a punto de fundido.

Todos nosotros agazapados
en el estómago de la gran máquina,
en la maqueta hiperrealista 
de la arquitectura imaginaria.

Todos nosotros a escala,
esperando la llegada de la criba,
el tambaleo del descarte progresivo,
el siguiente nivel de la escala de Richter.


III. EL TERCER TRUENO

Hay un obelisco en el desierto
erguido sobre arenas movedizas.
Con cada terremoto se hunde
como un puñal en la carne.

Recorres con camellos 
la tela dorada de mi cuerpo.
Con dromedarios sin andrómeda
descubres lo real del espejismo. 

Hay un obelisco que refleja
la luz del eclipse en la cúspide. 
Con cada fuego se incendia
como una antorcha en el pecho.

miércoles, 6 de abril de 2016

La mujer de los sueños me dice que todo va sobre ruedas

Cuatro angelitos tiene mi cama,
cuatro angelitos me acompañan.

Como una dolorosa cruzando
la calle a hombros de los hombres.

Velan por nosotros, encienden
velas que desvelan a los faraones.

Repelen al monstruo que mata
a los niños que no pueden dormir.

El espacio se expande en el nuevo
templo de los sarcófagos abiertos.

El tiempo se contrae en la antigua
iglesia de los santos cristos muertos.