martes, 12 de abril de 2016

Mirar fijamente al sol produce lágrimas, daños permanentes e incluso ceguera

[Poema no lineal: no hay ningún orden entre las cuatro estrofas, puedes leerlas a tu libre voluntad]

Te asomas por la puerta blanca.
Tu mano es una garra de águila.
Arañas sin prisas la capa
de pintura dejando un triple surco.

Aprendiste demasiado pronto
a embarazar el silencio con gemido
de tenebrosas aves, de cuervos
cegados por el sol.

Te asomas por la puerta blanca.
Un halo te rodea, halcón alado.
Ostentas el disco solar
que deja estelas en la retina.

Aprendiste demasiado pronto
a ser de la negra noche
las nocturnas aves, del búho
la videncia ciega.


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