sábado, 9 de abril de 2016

La paciencia del sismógrafo

escala de richter
Te despides con un abrazo sísmico. Búscame mañana 
entre los escombros.
(Isabel Bono, Hielo seco)
I. EL PRIMER TEMBLOR

Donde hubo una naturaleza incontrolable,
done hubo una selva de insectos y carcoma,
donde hubo árboles que sobrevivieron al roce,
donde hubo vacas sagradas sangrantes,

donde comenzó el primer estigma,
y se abrió un agujero negro en los cielos.
Allí, donde crecieron la hiedras a las que
llamamos los muros de nuestra casa.

Donde nacieron los hijos que no tuvimos,
y murieron los padres que no nos tuvieron.
Allí, donde criamos a los animales que
llamamos nuestros herederos. 


II. EL SEGUNDO ENTORNO

El paisaje doble se refleja
en cristales que se van a romper
en sombras que proyectan
bombillas a punto de fundido.

Todos nosotros agazapados
en el estómago de la gran máquina,
en la maqueta hiperrealista 
de la arquitectura imaginaria.

Todos nosotros a escala,
esperando la llegada de la criba,
el tambaleo del descarte progresivo,
el siguiente nivel de la escala de Richter.


III. EL TERCER TRUENO

Hay un obelisco en el desierto
erguido sobre arenas movedizas.
Con cada terremoto se hunde
como un puñal en la carne.

Recorres con camellos 
la tela dorada de mi cuerpo.
Con dromedarios sin andrómeda
descubres lo real del espejismo. 

Hay un obelisco que refleja
la luz del eclipse en la cúspide. 
Con cada fuego se incendia
como una antorcha en el pecho.

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