martes, 15 de marzo de 2016

Hay días que me despierto con la cabeza de otro

Hace demasiado tiempo
que no te veo, pero siento
cómo te duelen las manos,
cómo te tiembla el pulso.

Doblan las campanas
anunciando un vórtice.

Hace demasiado tiempo
que no te abrazo, pero siento
tu respiración enjaulada,
los perros esperando.

Aunque te tapes la boca
para no gritar.

Hace demasiado tiempo
que cerraste las puertas
del templo, que te pusiste
de espaldas al misterio.

Aunque te tapes los oídos
para no oír los salmos.

Hace demasiado tiempo
desde que tú eres otro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario