hombres con máscaras,
muertos a caballo.
Hombres de otros tiempos.
Les hago señas reflejando
el sol en el retrovisor.
Les ruego que se vayan.
Les digo que yo ya no soy yo.
Y entonces se van. Y entonces,
me vuelvo. Y entonces, les grito
a las espaldas, que sigo siendo yo.
Les grito que estoy vivo.
Les digo que ya no vienen
los pájaros que se fueron.
Que ya se rompió el cántaro.
Les grito que la bestia ha muerto,
y con ella la mitad de mí. El doble
poblado con sus gentes repetidas.
De vuelta: las aguas revueltas.
Me persiguen
hombres con máscaras,
atareados de estigmas.
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